sábado, 12 de julio de 2008



"Si mi Dios me ha permitido vivir en un palacio, yo quiero que Él también tenga el suyo en esta ciudad” Eso dijo Doña Mercedes. Pobre Dios, una mujer le hace una mansión, mientras otra le quita la luz para siempre...




Y esta foto -la única posición posible para abarcar toda la fachada- la saqué desde...



El pasaje de Corina...



Aquí yace Doña Mercedes, de espaldas al Kavanagh. Aquí la oscuridad es tan grande que el flash tampoco servía, la foto terminaba borrosa. La iglesia es bonita y lujosa, pero está en un subsuelo, y me pareció muy fría...

2 comentarios:

Mª Rosa Rodríguez Palomar dijo...

Curiosa toda esta historia y las fotos estupendas, mostrando lo que cuentas en la anterior entrada.

La Gata Coqueta dijo...

¿Tedas cuenta que el final es lo que cuenta? y que todos somos iguales... ya se encargan "ellos" de vaciar las arcas y luego a donde los demás, las lapidas seran más honorables, pero el frio es el mismo o parecido, que yo tengo a los mis dandoles el sol desde que nace... por lo menos eso me reconforta.

Recibe un cálido y afectuoso saludo.

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